¡ VIVA EL BURRO VELOZ !
NUEVAS CRÓNICAS ASNALES
PUERTO DE NAVACERRADA
BOLA DEL MUNDO - LA MALICIOSA
(Sierra de Madrid)
BREVE CRÓNICA
Asistentes: Dimas, Rafa, Vidal, Juáncar y Carlos.
Recorrido y sucedidos:
En Arturo, C4 propiedad del Cronista, llegamos al Puerto de Navacerrada a las 08:30 h. Allí nos espera Rafa. Sin más demora, comenzamos la ruta. Hace fresco de abrigarse, pero la temperatura y la luz son muy agradables. El día promete.
Subimos tranquilamente a la Bola del Mundo. Vamos pensando en los ciclistas de la Vuelta a España cuando la etapa acaba arriba. ¡Qué curvas! ¡Qué rampas! ¡Para echar el bofe!
El edificio donde están las famosas antenas "de toa la vida" parece abandonado. No podemos confirmar al cien por cien que así sea, pero recuerda un astillero abandonado. Las vistas desde ahí ya son maravillosas. Esta ruta clásica de senderismo madrileño ofrece unas de las mejores vistas de la sierra y sus alrededores.
"Piano piano si arriva lontano", y así llegamos al pie de la Maliciosa, y así la subimos por los tramos por donde sube la gente joven. No podemos esperar menos de los miembros del Burro Veloz, que hoy caminan por encima de los 2000 metros casi todo el día.
¡Cumbre! ¡Paisaje sobrecogedor! ¡Una cabra montesa! Una cabra montesa que se acerca sin miedo al personal. Quiere algo de comida, no creo que busque compañía, aunque es posible que nos confunda con otros ejemplares de su especie. ¿Quién conoce los pensamientos de una cabra? En un descuido, por la espalda, se acerca al Jefe, quizás porque piense que la ha vacilado o mirado con sorna, quizás porque pretenda amistad con él, quizás porque la ha puesto de los nervios por algo que nos ha pasado desapercibido a los demás... El caso es que le da un inesperado topetazo (no muy fuerte) y le da también una cornada de cabra en el brazo derecho que le rompe un poco la camiseta. ¡Torero!, hemos exclamado sus acompañantes. ¡Torero, que eres un torero! A él, que presume de antitaurino, le ha gustado el apelativo. ¡Torero! Pero la cornada no es la de un Mihura en las Ventas, sino la de una sencilla cabra montesa vacilona. Rafa con su vara ha ahuyentado a la cabra, que ha seguido vacilando a otros montañeros. En la cumbre estaremos unas treinta personas. Rafa, para compensar el pequeño susto del Jefe, le ha ofrecido jamón de pata negra y unas cerezas rojas como la sangre de un ¡torero! Con eso el incidente ha quedado finiquitado.
Bajamos mejor que hemos subido la Marañosa y volvemos sobre nuestros pasos a la Bola del Mundo. El último repecho quita el resuello al más pintado, pero no vamos a quedarnos en mitad de la cuesta, digo yo. "Parriba" y "palante".
Comemos en una formación rocosa que hay yendo al Cabeza de Hierro Menor.
Damos buena cuenta de unos bocatas, un poquito de coñac Torres 10, unas fruticas carnosas, unos frutos secos. El Jefe se echa la siesta. Los demás contemplamos el paisaje y oímos los sonidos de la naturaleza. Cerca de nosotros hay un rebaño de machos cabríos monteses. Se encuentran a gusto cerca de nosotros. Tienen los cuernos más grandes que la cabra corneadora, pero, como el Jefe está dormido, nadie les molesta y todos estamos en paz: los machos cabríos y nosotros.
Hora de bajar al puerto de Navacerrada. Un ciclista en bicicleta de carretera está llegando a la Bola del Mundo. El tío se retuerce, pero lo consigue. ¡Hay gente pa to! Cuando baja después, lo hace con miedo. Eso le quita puntos a nuestros ojos. Si se sube bien, se baja bien, ¿no?
La bajada es pesada, pero, como todo en la vida, al final se termina (no va a ser en el medio). Nos tomamos unos cafeses y unas cervezas, y conversamos animadamente de cosas de mucha enjundia. ¡Si el mundo nos hiciera caso, mejor estaría!
Nos despedimos de Rafa y volvemos a Leganés tan ricamente. El día ha sido fabuloso. ¡Viva el Burro Veloz!
Carlos
Cronista del Burro Veloz
(Vidal G. C.)
