¡BYBA LA VUDRA ALPINA!
CRÓNICA ANASPINAL 2
CRÓNICA ANASPINAL 2
SAN TADEO MACHAR
¡Gran paseo de 30 kilómetros por las hoces del Duratón! Partimos de Sepúlveda hacia las 10:15 horas. El tiempo atmosférico es buenísimo. Unas jóvenes, con las que nos vamos encontrando en distintos puntos del recorrido, nos preguntan en el aparcamiento por la senda larga, que es la que vamos a hacer nosotros. No hay problema, está fácil: camino hacia delante hasta un kiosko, a unos doce o trece kilómentros.
Vamos el Paco Barranco, Venancio (alias padre Mateos), Juáncar y Carlos. El sendero es perfecto, a la vera del Durantón, al pie de unos altos cortados: más arriba sobrevuelan los buitres. Los árboles están en pleno proceso de pérdida de hojas: los amarillos, ocres, verdes, grises, rojizos son un regalo para la vista. De vez en cuando, se produce una caída masiva de hojas, una especie de lluvia de amarillos de diversos tonos. ¡Espectacular!
Es camino es llano como la palma de la mano. Caminamos, conversamos, contemplamos.
En el kiosko nos tomamos unas cervecitas muy ricas, sentados como señores. ¿Es que no lo somos? Luego caminamos un par de kilómetros hasta una presa que no vemos por ningún lado. Comemos con vino como señores. ¡Hemos quedado en que lo somos!, ¿no? Todos probamos un chorizo extremeño que trae el Paco.
La vuelta. El padre Mateos protesta un poco porque nos quedan por delante casi 15 kilómetos "de na", pero pone una marcha activa, un trote cochinero alegre, que nos estira el cuello a los demás. Dice que quiere llegar pronto. En un alto del camino, el Paco se mete en el río hasta las ingles y el Jefe se moja los pies.
El coche está donde lo dejamos. ¡Menos mal!
En Sepúlveda nos tomamos unas palmeras de chocolate, rellenas con mermelada, que nos saben a gloria y nos levantan el ánimo. El pueblo y sus vistas son una maravilla. Una vez más como señores, nos tomamos un café con leche en la plaza (¡el Paco un colacao, que todo el mundo lo sepa!) y contemplamos a los viandantes y los cochazos de lujo de pasan por allí.
El viaje de vuelta es tranquilo y relajado. Hacemos más kilómetros para sortear algunos atascos. En un momento dado, el Paco tiene que bajar la ventanilla porque al padre Mateos se le escapa un "iruto", eruto o eructo, y el habitáculo del coche se llena de un olor muy fuerte a chorizo extremeño. Es sin querer, ya lo sabemos, pero ¡uñas! Renovado el aire, seguimos.
Gran día de senderismo.
Próximo evento: 17 de noviembre de 2019. Posible ruta: subida al Ocejón.
Vamos el Paco Barranco, Venancio (alias padre Mateos), Juáncar y Carlos. El sendero es perfecto, a la vera del Durantón, al pie de unos altos cortados: más arriba sobrevuelan los buitres. Los árboles están en pleno proceso de pérdida de hojas: los amarillos, ocres, verdes, grises, rojizos son un regalo para la vista. De vez en cuando, se produce una caída masiva de hojas, una especie de lluvia de amarillos de diversos tonos. ¡Espectacular!
Es camino es llano como la palma de la mano. Caminamos, conversamos, contemplamos.
En el kiosko nos tomamos unas cervecitas muy ricas, sentados como señores. ¿Es que no lo somos? Luego caminamos un par de kilómetros hasta una presa que no vemos por ningún lado. Comemos con vino como señores. ¡Hemos quedado en que lo somos!, ¿no? Todos probamos un chorizo extremeño que trae el Paco.
La vuelta. El padre Mateos protesta un poco porque nos quedan por delante casi 15 kilómetos "de na", pero pone una marcha activa, un trote cochinero alegre, que nos estira el cuello a los demás. Dice que quiere llegar pronto. En un alto del camino, el Paco se mete en el río hasta las ingles y el Jefe se moja los pies.
El coche está donde lo dejamos. ¡Menos mal!
En Sepúlveda nos tomamos unas palmeras de chocolate, rellenas con mermelada, que nos saben a gloria y nos levantan el ánimo. El pueblo y sus vistas son una maravilla. Una vez más como señores, nos tomamos un café con leche en la plaza (¡el Paco un colacao, que todo el mundo lo sepa!) y contemplamos a los viandantes y los cochazos de lujo de pasan por allí.
El viaje de vuelta es tranquilo y relajado. Hacemos más kilómetros para sortear algunos atascos. En un momento dado, el Paco tiene que bajar la ventanilla porque al padre Mateos se le escapa un "iruto", eruto o eructo, y el habitáculo del coche se llena de un olor muy fuerte a chorizo extremeño. Es sin querer, ya lo sabemos, pero ¡uñas! Renovado el aire, seguimos.
Gran día de senderismo.
Próximo evento: 17 de noviembre de 2019. Posible ruta: subida al Ocejón.
Buena semana, amigos.
El Cronista
HOCES DEL DURATÓN