sábado, 25 de noviembre de 2023

NOS VAMOS AL RETIRO

  ¡ VIVA EL BURRO VELOZ !   

FRESCAS CRÓNICAS ASNALES

LEGANÉS-RETIRO-LEGANÉS
(Provincia de Madrid)

BREVE CRÓNICA

Asistentes: Vidal, Nano, Dimas, Juáncar, alias el Jefe, y Carlos (cinco burros en total)
Recorrido y sucedidos:
A las ocho estamos puntuales en el hall de la estación de tren Leganés-Central. El personal se presenta aseado, creemos que con las mudas limpias y con los pasaportes para el viaje en regla.
El Cronista no mira el reloj en toda la mañana. No puede precisar un horario exacto, pero, antes de las nueve, entramos al parque del Retiro por la Puerta del Ángel Caído.
La primera vuelta, como se puede comprobar en la imagen de abajo, es por el perímetro exterior del Retiro, haciendo parada en todas las entradas a este encantador parque de Madrid. No sé cuántas hay porque no he echado la cuenta, pero bastantes. En alguna de ellas, los senderistas han recordado los tiempos en los que corrían en mítico Maratón de Madrid, cuya meta, tras patear los 42 km 195 m, estaba en el Paseo de Coches.
A continuación, Dimas, que es el guía oficial y oficioso de la salida, nos conduce por itinerarios internos del parque y visitamos lugares que algunos desconocíamos del todo, como la montaña del búnker antiaéreo, construido durante la Guerra Civil, o el Bosque del Recuerdo, levantado en memoria de los muertos en los tristes atentados del 11 de marzo de 2004.
Nos detenemos un rato en el monumento a Alfonso XII y comentamos algunos pormenores del monumento y del nefasto reinado de Alfonso XIII, bisabuelo del actual Felipe VI. Pero dejemos a los Borbones a un lado y prosigamos.
La temperatura, fresca pero sin viento, y la luz del otoño son impresionantes en esta mañana de noviembre. Las combinaciones de colores, bajo los rayos del sol madrileño, cautivan al observador y le invitan a recrearse en los matices.
En un breve descanso, algunos orinan en unos matorrales y Dimas nos da unos plátanos y unas mandarinas para que recuperemos las fuerzas.
Salimos por donde entramos y, por la Cuesta de Moyano, llegamos a la glorieta de Atocha y nos metemos en el bar El Brillante, donde nos comemos cada uno un bocata de calamares y una caña. ¡Sensacionales! Alguno, como vergonzoso, decía que con medio bocata tenía suficiente, pero ese ha sido el que, con gula indisimulada, primero se lo ha zampado, agradeciendo a los dioses haber caído en la tentación de comerse uno entero.
Volvemos en tren a Leganés. Son las doce y media aproximadamente. Antes de despedirnos, nos tomamos una botella de blanco verdejo en el Mirbes, frente a la piscina Olimpia. También nos sabe a gloria.
Y cada mochuelo a su olivo, a atender a la familia o a lo que sea, cada uno sabrá.
Como siempre, otra salida memorable del Burro Veloz.
Carlos 
Cronista del Burro Veloz

Itinerario de hoy por el Retiro
(Gentileza de Nano)

sábado, 4 de noviembre de 2023

TOLEDO-EL TAJO-TOLEDO

 ¡ VIVA EL BURRO VELOZ !   

NUEVAS CRÓNICAS ASNALES

TOLEDO-EL TAJO-TOLEDO
(Provincia de Toledo)

BREVE CRÓNICA

Asistentes: Paco Barranco, Vidal, Pedrín, Nano, Dimas, Venancio, Juáncar, alias el Jefe, y Carlos (ocho burros en total)
Recorrido y sucedidos:
Partimos de Leganés en los coches del Jefe y Pedrín a las 08:00 h. Carretera de Toledo para ir a Toledo. Pasamos al Señorío de Illescas a recoger a Paco a la puerta de su casa [sic]. ¡Ya estamos todos!
El Paco curra en Toledo, así que tenemos hoy un cicerone bolo medio-nativo, lo cual es un lujo. Sepan ustedes que a los de Toledo se los llama "bolos", para ellos no es un insulto. No nos referiremos al Paco como el medio-bolo, ¡ni como Miliki! como alguno pretende (Paco en el DNI reza como Miguel, pero a todos los efectos es Paco): lo mencionaremos sencillamente como Paco. Hechas estas aclaraciones imprescindibles, continuemos. 
Aparcamos a las afueras, donde Paco nos dice. Desayunamos como Dios manda en un bareto toledano y emprendemos la marcha por el río Tajo, al pie de la ciudad de Toledo. A cada paso, hay una vista magnífica de esta bellísima ciudad. No aburriremos al lector reiterando una y mil veces: ¡Qué maravillosa vista! 
El día nos respeta porque no nos llueve. El Jefe, gran consultador de todo tipos de apps y webs, afirma que tenemos una "ventana" hasta las 14:00 h. Y no se equivoca, menos mal.
Por la orilla o margen derecha del Tajo caminamos hasta el puente de los Inválidos, donde nos damos la vuelta. Vamos tranquilos, parando para contemplar el río, la ciudad, los pequeños detalles del camino. El consistorio bolo ha puesto unos avisos de peligro de caída de árboles a causa del viento, pero nos los pasamos por el forro de los vientos, y caminamos por la vereda del río sin miedo a nada ni a nadie. Otros caminantes hacen lo mismo que nosotros.
A pesar de las fechas, hoy es cuatro de noviembre, onomástica de los Carlos, el otoño sólo se intuye, sus señas habituales se muestran con timidez, pero el paisaje es igualmente hermoso. El Tajo no baja tan limpio ni tan claro como cuando Garcilaso de la Vega hablaba de sus arenas de oro y de las ninfas que uno podía encontrarse en un recodo o en un meandro, pero es hermoso igualmente, custodiado por precipicios y una vegetación de variados verdes.
Algún marchador confunde el Tajo con el Ebro. Pobrecico, qué le vamos a hacer. Aunque le indicamos con cariño que no, que esto es el Tajo y la ciudad es Toledo, él erre que erre. Este Cronista piensa que el susodicho, de cuyo nombre no quiero acordarme, se ha ido sin saber si estaba en Toledo, en Zaragoza o en Río de Janeiro. Cuando el ser humano se empecina en el error, no hay manera de sacarle de él.
Por el puente de San Martín entramos a la ciudad: San Juan de los Reyes, la catedral, Zocodover, etc. Los baretos a los que nos lleva Paco (cuidado, sólo Paco, ni medio-bolo ni Miliki, que no me entere yo) es imposible entrar: o están cerrados o están petados. ¿Por qué? ¿Es que le conocen y le vetan? Por fin, nos lleva a una terraza-mirador, con unas vistas magníficas, con la venia del lector, donde tomamos unas cervezas que ni el mismísimo Carlos V probó en su vida. Muy agradable el rato, pero que muy agradable.
La comida la hacemos en un polígono de Illescas, en el restaurante de un recóndito hotel que sólo conoce Paco. Son las 15:30 h aproximadamente. La especialidad del lugar son los arroces. Cada marchador opta por una especialidad diferente: arroz meloso con marisco, arroz con secreto y boletus o arroz a banda. Los entrantes son exquisitos: unas croquetas y una ensaladilla de diseño. Con los arroces no todo el mundo queda tan contento. Los del meloso, mucho; los del secreto, normal; los del a banda, disgustados o cabreados (pretendo ser exacto), especialmente uno, principalmente y con razón, por lo escasa que ha sido su ración. Lo manifiesta con claridad, y nos queda claro a los comensales y a los camareros. Pero, pelillos a la mar, en conjunto comemos de maravilla y lo pasamos "cojonudamente". Entrecomillo porque no procede escribir palabras malsonantes en este blog, pero es que todo estaba "cojonudo" y los postres ni te cuento. Cafeses, chupitos y la cuenta, que tampoco está "nada mal". Un día es un día y la amistad lo merece todo.
Nos separamos: Pedrín lleva a Paco a su domicilio; en su coche van también Nano y Dimas. Los del "otro" volvemos directamente a Leganés, más contentos que unas pascuas, como los del coche de Pedrín, que llorando no se van, sino todo lo contrario.
Hasta aquí puedo contar. Otra salida memorable del Burro Veloz.
Carlos 
Cronista del Burro Veloz

Toledo y el Tajo