domingo, 17 de junio de 2012

ENTRENAMIENTO N.º 65 (San Avito)

ASISTENTES: Pedrín, Nano y Carlos. Juáncar viene a desayunar después de volar un rato con el cópter.
DISTANCIA/CRONO: unos 13,5 km (“unos aviones”), en 1 h 01’ 48’’.
TIEMPO ATMOSFÉRICO: despejado y caluroso: temperatura máxima 33º; temperatura mínima: 17º (AEMET).
PORRAS: Juan Carlos.
ANOTACIONES:
Hoy hace bastante calor. Pedrín se queja de la distancia, pero la pasa sin dificultad. Se queja por quejarse, porque está hecho un toro. Hace unos días corrió más de hora y media con sus compañeros del trabajo y les dejó doblados.
El Jefe viene hoy muy sensible. Mientras estirábamos, ha llegado y se ha quedado apartado, como si le hubiéramos ofendido. ¿Qué te pasa, Jefe, es que crees que nos metemos contigo sin motivo ni razón? Luego parece que se ha entonado y que el ánimo se le ha venido arriba. Los cópteres le van a quitar la ilusión de vivir. ¡Es que es muy perfeccionista! Pero, bueno, esa obsesión es imprescindible para que la ciencia avance y es necesario que haya seres humanos, como el Jefe, que vendan a ratos su alma al diablo. Y el que esto escribe espera no estar metiendo la pata con tanto vacile, dicho sea de paso.

GEORGE STEINER

Supuesta una serie numerosa de complejidades, no es menos cierto que nuestro lenguaje cotidiano y nuestra imaginación rutinaria operan todavía con el dualismo burdo y rápido de mente-cuerpo. […] Cuando nos tomamos la molestia de reflexionar, de considerar la evidencia, sabemos, por supuesto, que ese tosco dualismo no funciona. Las categorías son desesperadamente indistintas: las zonas intermedias, los modos de interacción y determinación recíproca son terriblemente numerosos.
(Nostalgia de lo absoluto)

¿QUÉ TE PASA, JEFE?

No hay comentarios: