¡BYBA HEL VUDRO BELOD!
RECUA: Dimas, Cayetano, Puñales, Nano, Pedrín, Juáncar y Carlos.
DISTANCIA/CRONO: la senda de los caballos, unos 10 km, en 48' 36''.
TIEMPO ATMOSFÉRICO: nublado y mucho frío; temperatura mínima: -2º; temperatura máxima: 7º (AEMET).
PIENSO Y BEBIDA: Juáncar y Carlos.
COMENTARIO:
Venancio sobrevive en África. Hay un mensaje de él en el que envía fotografías de los naturales montando en bicicleta. ¡Vaya aventura! ¡Qué envidia! Envidia sana, cuidado.
Ha venido Cayetano, todo un acontecimiento. Ojalá repita muchos días.
Nano sigue en el dique seco. La lesión le está dando más lata de la esperada. ¡Ánimo, pasará!
La vida, como díce Dimas, más bien insinúa, es una mierda frecuentemente. Sugiero que pongamos sal o azúcar a la mierda para que pase mejor, para que se disimule el sabor y el olor a mierda, porque del zurullo no nos libramos y, de tragarlo, tampoco. Uno de los alivios a la ingesta de mierda son los desayunos del Burro Veloz, que aportan mantequilla, mermelada y cruasanes como acompañamiento al plato principal: una escudilla ancha y honda rebosante de mierda. ¡Viva el Burro Veloz! ¡Doce salvas de pedos en su honor! ¡Glup!
Venancio sobrevive en África. Hay un mensaje de él en el que envía fotografías de los naturales montando en bicicleta. ¡Vaya aventura! ¡Qué envidia! Envidia sana, cuidado.
Ha venido Cayetano, todo un acontecimiento. Ojalá repita muchos días.
Nano sigue en el dique seco. La lesión le está dando más lata de la esperada. ¡Ánimo, pasará!
La vida, como díce Dimas, más bien insinúa, es una mierda frecuentemente. Sugiero que pongamos sal o azúcar a la mierda para que pase mejor, para que se disimule el sabor y el olor a mierda, porque del zurullo no nos libramos y, de tragarlo, tampoco. Uno de los alivios a la ingesta de mierda son los desayunos del Burro Veloz, que aportan mantequilla, mermelada y cruasanes como acompañamiento al plato principal: una escudilla ancha y honda rebosante de mierda. ¡Viva el Burro Veloz! ¡Doce salvas de pedos en su honor! ¡Glup!
LEOPOLDO ALAS CLARÍN
Celedonio no extrañaba aquella visita. Recordaba haber visto muchas tardes al señor Magistral subir a la torre antes o después de coro.
¿Qué iba a hacer allí aquel señor tan respetable? Esto preguntaban los ojos del delantero y del acólito. También lo sabía Celedonio, pero callaba y sonreía, complaciéndose en el pavor de su amigo.
¿Qué iba a hacer allí aquel señor tan respetable? Esto preguntaban los ojos del delantero y del acólito. También lo sabía Celedonio, pero callaba y sonreía, complaciéndose en el pavor de su amigo.
(La Regenta)
ANTONIO LÓPEZ - 9
Óleo
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