II SAN SILVESTRE DE LEGANÉS
DISTANCIA: unos 7 km.
TIEMPO ATMOSFÉRICO: soleado, sin aire, pero mucho frío; temperatura máxima: 5º, temperatura mínima: –4º (AEMET).
ASISTENTES Y ORDEN DE LLEGADA:
1.º Carlos: 27’ 24’’.
2.º Juan Carlos: 28’ 51’’.
3.º Pedrín: 29’ 03’’.
4.º Venancio: 31’ 16’’.
Nano nos acompaña, aunque no puede correr. Se encarga del reportaje fotográfico y de recoger las camisetas de los que han pagado y no han venido: Paco Barranco, Dimas y Máiquel.
ANOTACIONES:
Don Carlos acaba el año como un toro: las tres últimas San Silvestres son suyas. ¡Bravo, campeón, te lo mereces! La carrera ha transcurrido tranquila, sin sobresaltos, con frío y buen humor. Se hace corta, aunque intensa. Hemos disfrutado.
Pero más hemos disfrutado comiendo un arroz con bogavante que estaba para quitar el sentido. Los presentes han sido: Dimas, Paco Barranco, Carlos, Pedrín, Nano y Juáncar. Han regado el arroz con vino de la casa y casera. En los postres han dado cuenta de helados y arroces con leche. Para rematar, cafeses y pelotazos. Siendo fieles a la verdad, hay que decir que no ha habido excesos etílicos y que todo el mundo ha salido por su propio pie. Paco Barranco ha sorprendido a todos con un combinado a base de ron, para el que ha precisado una cáscara de naranja y un mechero: más que un barman parecía un brujo africano; le ha faltado murmurar alguna secreta oración a los dioses o a los ancestros para redoblar el efecto del brebaje, que estaba buenísimo, todo hay que decirlo. Nos hemos hinchado a cantar villancicos, con Carlos a la guitarra, Dimas a la zambomba, que no la ha soltado ni para hacer pis, y el resto a las panderetas. El bar entero ha coreado con nosotros el cancionero navideño popular: Hacia Belén va una burra, Los peces en el río, La Marimorena, ¡Ay del chiquirritín!, etc. Nos han despedido con una sonrisa en la boca.
El concierto navideño ha continuado en casa de Dimas, donde su esposa, Mercedes, y su hija mayor, Eva, nos han acompañado. Nos han ofrecido unas sidras y unos dulces navideños, que hemos bebido y degustado, entre villancico y villancico, con mucho gusto. Antes de irnos, hemos salido al descansillo de la escalera y hemos entonado un par de villancicos. Ningún vecino se ha asomado por allí, ni para alabarnos ni para cagarse en nuestras muelas.
Contentos y felices hemos concluido la comida de Navidad del Burro Veloz, con ganas de seguir corriendo y de seguir festejando que corremos juntos. ¡FELIZ NAVIDAD!
VILLANCICO DE LOPE DE VEGA
No lloréis, mis ojos,
Niño Dios, callad,
que si llora el cielo,
¿quién podrá cantar?
Vuestra madre hermosa,
que cantando está,
llorará también
si ve que lloráis.
O es fuego o es frío
la causa que os dan.
Si es amor, mis ojos
muy pequeño amáis.
ARROZ CON BOGAVANTE Y FELIZ NAVIDAD