domingo, 28 de junio de 2009

Entrenamiento n.º 72 (San Ireneo)

Asistentes: Pedrín, Juáncar, Nano y Carlos.
Distancia/tiempo: Ir al lago, dar la vuelta con cuestas, volver por San Dimas, salir al Arroyo Culebro, entrar por el puente a Valdepelayos y de ahí al punte cimbreante, unos 9,5 km., en 45’.
Porras: Carlos.
Observaciones:
¡POR FIN TERMINA LA TEMPORADA! Con el entrenamiento de hoy cerramos el curso atlético 2008-2009, que ha sido muy largo y muy duro. Ahora llega el momento de relajarse, caminar, nadar, montar en bicicleta («Pezuña y Pedal») y leer, para regresar con ganas en septiembre, donde nos esperan dos carreras para completar el circuito de MAPOMA.
Gracias por leer este blog, los poquitos que lo habéis hecho. Soy Carlos. Con la crónica de hoy me despido de vosotros. No sé si volveré a escribir en este lugar; me gustaría que alguien del club tomase el relevo. Pues, sinceramente, estoy cansado de vacilar fin de semana tras fin de semana. Si continuara con esta pesada labor, no esperéis mis plomizos comentarios e historietas en las «Observaciones», tal vez optaría por incluir textos de autores famosos, para aumentar la cultura de los escasísimos escogidos que leéis el blog. ¿Qué tal dedicar la temporada 2009-2010 a la Generación del 27?
Para que nadie me atormente con la historia de "El toro y la genista", diciendo que está incompleta o inventando cosas falsas sobre los protagonistas, os diré que Estrellita dejó preñadas a todas las vacas de la ganadería, que hacían fila bajo su encina desde las cuatro de la tarde hasta las cuatro de la madrugada. El Bizco jamás se comió una rosca, y cada día estuvo más bizco y más envidioso, oyendo los mugidos gozosos de las vaquillas bajo la encina de Estrellita y viendo la dehesa repleta de ternerillos con una estrella blanca en la frente. La figura del Gran Estrellita sirvió de inspiración para la silueta del Toro de Osborne, que vigila las carreteras de la geografía española. Estrellita vivió feliz hasta que murió de viejo bajo su querida encina, rodeado de cientos de descendientes, hijos, nietos, biznietos, tataranietos, etc., que lanzaron un bramido unánime en el momento de morir Estrellita, mientras su alma en forma de estrella radiante subió hasta el firmamento, donde brilla junto a la estrella Aldebarán para siempre. FIN.
Carlos.

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