domingo, 12 de abril de 2009

ENTRENAMIENTO N.º 56 (Domingo de Resurrección)

Asistentes: Nano y Carlos.

Distancia/tiempo: unos 18 kilómetros, en 1 h. 32’’.

Porras: No corre turno: sólo somos dos.

Observaciones:

Año duro para el Burro Veloz este 2009. Hasta llegar al pasaje que une el Arroyo Culebro con Polvoranca, el trayecto ha sido el habitual de las anteriores galopadas de dos horas (Cf. entrenamiento n.º 52). Hemos bebido una botella de agua en el Cerro del Burro, y todo normal hasta el punto arriba mencionado. Ahí Nano se ha resentido de su lesión en el gemelo derecho. ¡Danger, danger! Hemos parado para estirar y luego hemos puesto rumbo directo al gimnasio por la Cuesta de la Renfe. En estos casos es mejor pecar de prudentes, porque “la avaricia rompe el saco”.

Para más INRI, entrando en la recta del Hospital Carlos ha tropezado con un bordillo y ¡menúa costalá sa pegao! ¡IA, IA, IAAAAAAAA! Tranquis, todo se ha quedado en un buen raspón en una rodilla y en una mano. Se ha levantado como un jabato y ha terminado el entrenamiento como si nada. Esto son gajes del corredor popular, cosas que crean afición y que curten. Para que la gente sepa, cuando nos ve tan gallardos en las carreras, que no todo es vida y dulzura en el mundo del atletismo.

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