Asistentes: Juáncar, Caye, Dimas, Pedrín, Nano y Carlos.
Distancia/tiempo: Unos 9 kilómetros, en 46’ 20’’.
Porras: Dimas.
Anotaciones:
En el día de hoy hemos bautizado una nueva ruta, ante las protestas un poco envidiosas del Juáncar: ¡Llevo toda la vida aquí y sólo me habéis dado una cuesta guarrindonga, y viene el Caye dos días y ya tiene un camino cojonudo para él! (Dígase esto con la voz ahuecada, para que suene real). Desde hoy tenemos la Senda de Santa Tecla, en honor al susodicho, que se pasa el día dándole a la tecla en el ordenador del curro y en el de su casa.
Durante el desayuno, Dimas nos ha leído un poema del Romancero Gitano (F. G. Lorca), el de “La muerte de Antoñito el Camborio”:
Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan
voz de clavel varonil.
Les clavó sobre las botas
mordiscos de jabalí.
En la lucha daba saltos
jabonados de delfín. […]
Continuamos con Platero, libro que leyó con toda seguridad Federico García Lorca, quien conoció personalmente a Juan Ramón. Hoy, como nos pasa a los humanos, Platero tiene un incidente con una sanguijuela (hay humanos que son sanguijuelas, ¿quién lo duda?). ¿Conseguirá Juan Ramón solucionar esta difícil situación? Habrá que leer en días sucesivos este pasaje…
PLATERO Y YO (6)
LA SANGUIJUELA
Espera. ¿Qué es eso, Platero? ¿Qué tienes?
Platero está echando sangre por la boca. Tose y va despacio, más cada vez. Comprendo todo en un momento. Al pasar esta mañana por la fuente de Pinete, Platero estuvo bebiendo en ella. Y aunque siempre bebe en lo más claro y con los dientes cerrados, sin duda una sanguijuela se leha agarrado a la lengua o al cielo de la boca…
-Espera, hombre. Enseña… (CONTINUARÁ)
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