domingo, 4 de octubre de 2009

Entrenamiento n.º 10 (San Francisco de Asís)

Asistentes: Juáncar, Dimas, Pedrín, Caye, Nano y Carlos.
Distancia/tiempo: Unos 11 kilómetros, en 56’.
Porras: Pedrín.
Anotaciones:
Dimas nos ha guiado por un laberinto de calles, parques y avenidas de Leganés, hasta completar un entrenamiento que no parecía terminar nunca. Gracias a esta estratagema de viejo general romano, no ha habido batalla y la calma y la buena charla han sido la tónica en esta mañana soleada y fresca de un otoño que no acaba de romper.
Juan Ramón se recrea en el proceso de elaboración del vino. Confiesa ser un asiduo visitante de bodegas, y no pienso que la visita consistiera en mirar y no catar. El cariño de los bodegueros no se gana sólo con buenas palabras sino con buenos dineros, los que se sacan del bolsillo después de haber llenado el estómago y el alma con el líquido rojo y embriagador del vino joven:

PLATERO Y YO (10)

VENDIMIA (2.ª parte)

¡Qué alegres en aquel tiempo las bodegas, Platero, la bodega del Diezmo! Bajo el gran nogal que cayó al tejado, los bodegueros lavaban, cantando, las botas con un fresco, sonoro y pesado cadeneo; pasaban los trasegadores, desnuda la pierna, con las jarras de mosto o de sangre de toro, vivas y espumeantes; y allá en el fondo, bajo el alpende, los toneleros daban redondos golpes huecos, metidos en la limpia viruta olorosa… Yo entraba en el Almirante por una puerta y salía por la otra –las dos alegres puertas correspondidas, cada una de las cuales le daba a la otra su estampa de vida y de luz–, entre el cariño de los bodegueros… (continuará)

No hay comentarios: