Asistentes: Juáncar, Caye, Nano y Carlos.
Distancia/tiempo: Unos 10 kilómetros, en 53’ 27’’, entrenamiento pre-competición.
Porras: Carlos.
Anotaciones:
Tengo que decir que hoy algunos, ¿verdad, Caye?, iban muy perjudicados porque ayer por la tarde los de Pezuña y Pedal se aplicaron sin sentido en la bicicleta. Llegaron hasta la Casa de Campo y volvieron. ¿No hay otros sitios menos pecaminosos adonde ir? ¡Sancta María de la Polvoranca, ora pro nobis!
Hoy Juan Ramón, que amaba el vino más que a la pobre Zenobia Camprubí, su parienta, llama vago a Platero. ¡Anda que él daba un palo al agua, todo el día paseando con el burro y viendo cómo trabajaban los demás! Sin duda, Juan Ramón fue un artista, pero un artista con morro:
PLATERO Y YO (11)
VENDIMIA (3.ª parte)
Veinte lagares pisaban día y noche. ¡Qué locura, qué vértigo, qué ardoroso optimismo! Este año, Platero, todos están con las ventanas tabicadas, y basta y sobra con el del corral y con dos o tres lagareros.
Y ahora, Platero, hay que hacer algo, que siempre no vas a estar de holgazán.
… Los otros burros han estado mirando, cargados, a Platero, libre y vago; y para que no lo quieran mal ni piensen mal de él, me llego con él a la era vecina, lo cargo de uva y lo paso al lagar, bien despacio, por entre ellos… Luego me lo llevo de allí disimuladamente… (FIN)
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