Asistentes: Juáncar, Caye, Pedrín, Nano y Carlos.
Distancia/tiempo: Unos 9 kilómetros, en 43’ 33’’.
Porras: Juan Carlos.
Anotaciones:
El entrenamiento ha ido ligero, pero nadie la levantado el pie del acelerador. La gente va estando en forma. Mañana los de Pezuña y Pedal tienen un buen reto por delante: ¡Ánimo, muchachos!
En Platero y yo hay un capítulo dedicado a una tísica. También ellas tienen derecho. Antiguamente decían los moralistas que determinados pecados solitarios producían tisis. El miedo que yo tengo es si, de hacer tanto deporte, también uno se queda tísico. ¡Cuidadín, cuidadín!:
PLATERO Y YO (13)
LA TÍSICA (1.ª parte)
Estaba derecha en una triste silla, blanca la cara y mate, cual un nardo ajado, en medio de la encalada y fría alcoba. Le había mandado el médico salir al campo, a que le diera el sol de aquel mayo helado; pero la pobre no podía.
-Cuando yego ar puente –me dijo-, ¡ya v’usté, zeñorito, ahí ar lado que ejtá!, m’ahogo…
La voz pueril, delgada y rota, se le caía, cansada, como se cae, a veces, la brisa en el estío. (Continuará)
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